¿ Qué es un terremoto ?

   Para contestar a la pregunta que da nombre a este apartado comenzaremos diciendo que un terremoto es el movimiento brusco de la Tierra, causado por la brusca liberación de energía acumulada durante un largo tiempo. La corteza de la Tierra está conformada por una docena de placas.


   Una placa tectónica es un fragmento de litosfera que se desplaza como un bloque rígido de aproximadamente 70 km de grosor, cada una con diferentes características físicas y químicas. Estas placas tectónicas se están acomodando en un proceso que lleva millones de años y han ido dando la forma que hoy conocemos a la superficie de nuestro planeta, originando los continentes y los relieves geográficos en un proceso que está lejos de completarse.


   Habitualmente estos movimientos son lentos e imperceptibles, pero en algunos casos estas placas chocan entre sí como gigantescos témpanos de tierra sobre un océano de magma presente en las profundidades de la Tierra, impidiendo su desplazamiento. Entonces una placa comienza a desplazarse sobre o bajo la otra originando lentos cambios en la topografía. Pero si el desplazamiento es dificultado comienza a acumularse una energía de tensión que en algún momento se liberará y una de las placas se moverá bruscamente contra la otra rompiéndola y liberándose entonces una cantidad variable de energía que origina el Terremoto.


   Las zonas en que las placas ejercen esta fuerza entre ellas se denominan fallas y son, desde luego, los puntos en que con más probabilidad se originen fenómenos sísmicos. Sólo el 10% de los  terremotos ocurren alejados de los límites de estas placas.

Placas tectónicas.





Escalas Mercalli y Richter

   La medición de los terremotos sigue dos escalas, la de Mercalli y la de Richter, aunque la más popular, científica y utilizada es la de Richter.

   La escala Richter mide la magnitud del terremoto y consta de 9 grados, cada uno de los cuales supone una liberación de energía diez veces superior al grado anterior. Por ejemplo el terremoto de Chile tuvo 9,5 grados en la escala Richter, siendo uno de los peores terremotos producidos en todo el mundo.

   Uno de los mayores problemas para la medición de un terremoto es la dificultad inicial para coordinar los registros obtenidos por sismógrafos ubicados en diferentes puntos, de modo que no es inusual que las informaciones preliminares sean discordantes. Determinar el área total abarcada por el sismo puede tardar varias horas o días de análisis del movimiento mayor y de sus réplicas. La prontitud del diagnóstico es de importancia vital para que los servicios de emergencias puedan trabajar mejor, aunque siempre hay que estar preparado para un terremoto teniendo un plan para terremotos.



   A cada terremoto se le asigna un valor de magnitud (Richter) único, pero la evaluación se realiza, cuando no hay un número suficiente de estaciones de medición, principalmente basada en registros que no fueron realizados en el epicentro sino en puntos cercanos. De allí que se asigne distinto valor a cada localidad o ciudad e interpolando las cifras se consigue ubicar el epicentro.

   Para que un terremoto sea destructivo en primer lugar se debe considerar su tamaño, la profundidad del foco (superficial, intermedio o profundo) y su distancia con relación a la ciudad más próxima que pueda ser afectada. Sin embargo, un terremoto en sí no es destructivo. Su potencial dependerá únicamente de factores como el tipo de suelo sobre el cual se ha levantado la ciudad, tipo de construcción, normas de expansión urbana, edad de las construcciones y señalización de seguridad en las viviendas y edificaciones.


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